Incluso los profes tienen un profe

Jun 20, 2023 | Enseñanza

Si fuera profesor en una escuela tradicional, mis interacciones con mis colegas probablemente tendrían lugar tras las puertas de la sala de profesores. Pero trabajar como autónomo en un entorno online tiene sus particularidades y por eso, las oportunidades de establecer contactos y crecer profesionalmente son distintas. Si quieres saber por qué los profesores también tienen un tutor y cómo esa colaboración puede ayudarte a mejorar, este artículo es para ti.
«¿Para qué necesitas una profesora particular de español si ya tienes el certificado C1?», me preguntaba sorprendida mi hermana. O en una cita reciente: «No necesitas clases, después de todo, ¡tu alemán es perfecto!». A veces me encuentro con estas y otras situaciones similares cuando menciono a la gente que tengo un profesor de idiomas. Si puedo formular frases coherentes y complejas y la comunicación con hablantes nativos va sobre ruedas, ¿por qué molestarse? Hay varias razones, y voy a tratar de explicarlas en este artículo.

Pero antes, una pregunta fundamental: ¿Cuál es tu motivación?

Cuando quieres empezar a aprender una nueva lengua, la clave es tener al menos cierta motivación. No cambia si ya has alcanzado un nivel avanzado y estás enseñando el idioma. Sí, nos dicen por todas partes que intentemos ser mejores, que rindamos más y que no nos estanquemos. Pero seamos sinceros, si ya hemos alcanzado un nivel con el cual estamos satisfechos y tenemos x otras prioridades en la vida, es muy fácil olvidarse de las clases particulares para perfeccionar el idioma.

Por eso quiero decir: si estás contento con tu nivel actual y no crees que un trabajo adicional te beneficiaría, no voy a convencerte de que cambies. Pero me gustaría compartir un par de razones por las que, aunque he alcanzado un nivel avanzado, no dejo de aprender. Puede que te encuentres en alguna de ellas, ya sea como tutor o como alumno.

No hay una línea de llegada en el idioma

Lo sé: es muy práctico saber en qué grupo del Marco Europeo de Referencia para las Lenguas te encuentras. Si estás empezando, puedes escudarte en el A1, con el B2 puedes empezar a buscar trabajo o a estudiar, y si tienes las notas más altas del C1 o C2, parece que se acabó. Por lo que he observado, la mayoría de los cursos se imparten hasta el nivel B2 de todos modos, así que si puedes subir uno o dos niveles, no deberías tener problemas para enseñar el idioma.

Pero en ningún sitio está escrito que lo sepas todo en el nivel más alto. Por ejemplo, si consultamos el CEFR Companion Vol. 2020 [1], encontramos que «C2 no es el nivel más alto imaginable en una lengua extranjera».

Esta guía examina los distintos niveles que puedes alcanzar en una lengua extranjera, describiendo para cada capacidad el abanico de competencias del estudiante. Una de ellas es la comprensión general, que establece que un candidato C2 puede comprender prácticamente cualquier tipo de contenido en el idioma, ya sea en directo o a partir de una emisión de televisión, a un ritmo de habla natural.

Pero, ¿qué hay detrás de ”prácticamente”?

Dedicaré un artículo aparte a lo que implica estar en un nivel avanzado, pero por ahora lo resumiría diciendo que cada uno puede encontrar y establecer sus propios objetivos. Están quienes se enfocarán en áreas específicas del vocabulario, otros que van a querer expresarse con la mayor precisión posible y algunos que buscarán la naturalidad en el habla. Para ilustrar esto, añado fragmentos de un debate de un grupo de Facebook de profesores al que pertenezco (los nombres se han cambiado para proteger la privacidad):
Veamos los datos duros: un hablante nativo de inglés conoce unas 20.000 palabras [2], y esa no es la única cifra con la que me he topado, por no mencionar que no he podido encontrar ninguna fuente fiable para estimar cuántas palabras sabe un hablante de nivel C2. Teniendo en cuenta que hay muchas más palabras que 20,000 en los diccionarios oficiales, podemos ver que hay mucho en lo que trabajar si quisieras centrarte sólo en el vocabulario.

También es importante mencionar que encuentro seguido palabras en mi lengua materna que no entiendo. Además, el vocabulario de un hablante nativo (en mi caso, soy estudiante de informática) no va a coincidir al 100% con el de mi amigo médico, por ejemplo. La lengua refleja el mundo de cada uno. Entonces, ¿por qué debemos esperar que un instituto de certificación sea capaz de unificar esos mundos tan distintos?

Los profesores no son sabelotodos

Por eso, si un área de vocabulario está desarrollada en distinto grado para cada uno, no te sorprendas si tus alumnos te superan en alguna de ellas. Cuántas veces no he sido capaz en mis clases de decir papilla de sémola (un plato de la cocina eslovaca), embudo o la ciudad bíblica de Jericó. Por eso siempre llevo conmigo a clase una lista donde van todas las preguntas más difíciles y específicas, que luego repaso con un nativo.

También me pasa al revés: a veces, sólo después de mucho pensar se me ocurre el equivalente eslovaco de una palabra que me pregunta un alumno. Y otras veces puede que la palabra no exista en tu idioma: no todas las culturas tienen la necesidad de expresar determinados fenómenos. Algunas preguntas suelen ser repetitivas, así que me parece natural estar preparado y trabajar para mejorar la calidad de mis clases

La lengua es más que solo palabras

No armo mis listas de preguntas porque un alumno me haya pillado con una palabra que no conozco y considere que necesito saberla ya que si no sería un “mal profesor”. Al contrario, soy bastante exigente con lo que doy cabida en mi cabeza. Por eso, entre otras cosas, no hago clases 100% a medida: si alguien está interesado, por ejemplo, en piezas de bicicleta, yo, que no me llevo bien con la mecánica, le recomendaría a otro.

Pero estas situaciones son raras: normalmente quiero llegar a la raíz de muchos temas aunque parezcan mundanos y sin sentido. ¿Por qué? Porque tengo un sincero interés por la lengua y su cultura. También porque muchas veces con los profesores descubrimos algo que ni siquiera yo había considerado un tema antes: a mi profesor se le ocurre un refrán, un anuncio o un asunto político asociado a la palabra en cuestión, y la discusión ya está encaminada. Además hay temas relacionados con la cultura, por ejemplo:

  • ¿Qué tan fuerte es esta palabra? ¿La usaría una persona de mi generación? ¿Qué tan directo sería en una situación determinada?
  • ¿Hasta qué punto utiliza la lengua palabras de otras? El alemán, por ejemplo, utiliza muchas más palabras inglesas sin cambiar que el eslovaco, o si las usan, las palabras se utilizan en contextos diferentes. Si no me gusta alguien, en eslovaco digo que no tenemos buen vibe, mientras que en español es más probable que hablemos de una conexión o un feeling.
  • ¿Es la cultura del país donde se habla el idioma realmente como la muestran en el libro de texto?
  • Datos curiosos, picantes y chismes: aunque es bonito leer sobre los lugares de interés en la capital, ¿sabes qué barrios tienen una mala imagen entre los habitantes? ¿Cómo percibe la gente a los turistas, los extranjeros y sus diferencias? ¿Qué piensa mi profesora de la actual crisis política de su país?

Todas estas son preguntas que, con un profesor nativo, puedes discutir para mantener encendida la chispa de un idioma con el que llevas un tiempo dando vueltas.

A veces ni siquiera necesitas metas muy sofisticadas

Para muchos profesores, el aprendizaje no tiene nada que ver con las emociones, sino con el lado práctico de las cosas. Una vez más, comparto un comentario de un debate de profesores que se ganó el apoyo de una gran parte de los participantes:
Si te especializas en niveles inferiores, por ejemplo, la capacidad de simplificar el idioma es una bendición y una maldición a la vez. Pero no tienes por qué expandir tu público objetivo para evitar el propio empeoramiento del idioma. Puedes participar en conversaciones de nivel avanzado en el idioma que enseñas y aprendes, las cuales son un cambio refrescante y una oportunidad para crecer.

Hazlo por tu autoestima

Cualquiera que no enseñe su lengua materna, tendrá dudas sobre si es lo suficientemente bueno y si está a la altura necesaria para ser profesor. A mí también me pasó: no había vivido tanto tiempo en el extranjero y no estaba nada seguro de si mi alemán era lo suficientemente auténtico para poder transmitir y enseñarlo a mis alumnos. Pero, hasta que no lo intentas no lo sabrás, por eso reservé clases de prueba con tres profesores para mantener y evaluar mi nivel en tiempos del Covid, donde mis oportunidades de socializar y hablar con nativos eran muy limitadas.

Y ahí empezó todo. Al principio, sólo la sensación de seguir trabajando en mí mismo me ayudaba a encarar mis clases con más confianza. Con cada debate más complejo y con cada pregunta respondida, no sentía necesariamente que mejoraba (ya que según algunos profesores «no había mucho que mejorar»), sino que comencé a dejar de lado mi perfeccionismo y mi mirada del idioma cambió. Las clases con profesores de distintos lugares me demostraron que no hay solo «un» alemán, y cuando mi profesora de alemán sacudió la cabeza confundida ante algunas expresiones austriacas, me di cuenta de que la culpa no era sólo mía.

También me ayudó a darme cuenta de que no todas las expresiones de mi lengua existen en otras. He trabajado con muchos tutores y todavía no hemos encontrado un equivalente para algunas frases o expresiones que mi lengua materna formula de manera tan elegante. Y viceversa, muchas veces me encontré con conceptos y frases para los que aún no he encontrado una variante equivalente en eslovaco.

Nadie lo comprueba mejor que tú

Si tienes la suerte de enseñar tu lengua materna, puede que las razones anteriores no te hayan dicho demasiado. Ahora me gustaría presentarte algunas razones que hacen que la colaboración con otros profesores también sea significativa para los hablantes nativos. Retomando el punto anterior del autoestima: si quieres darte cuenta del valor de tus clases, toma una clase con otra persona. Durante mis conversaciones avanzadas, me he dado cuenta de cuáles son las cualidades de mis lecciones y dónde podría a su vez aprender de los demás.

Por ejemplo, noté que a veces puedo hablar demasiado rápido o lento para alguien; que me molesta ver a un profesor mirando el móvil durante mucho tiempo y que las ideas sobre el rol de un profesor varían según el amplio espectro de profesores en línea. De este modo, he tenido personas que esperaban que yo elaborara el programa completo de su clase; pero también personas que me forzaban a seguir sus procedimientos y no estaban dispuestas a escuchar lo que yo necesitaba o quería hacer. Esto me demostró lo importante que es escuchar a los alumnos, para entender quién necesita más libertad y quién, en cambio, necesita de una mayor intervención de mi parte.

Del mismo modo, en el caso del eslovaco para extranjero, me gusta participar en charlas y debates sobre métodos y materiales de enseñanza, de los que no hay escasez, incluso con una lengua tan pequeña. Así que imagínate cuántas oportunidades de desarrollo tienes si enseñas una lengua de las habladas del mundo.

Para mí, la mejor manera de entrenar la empatía son las lecciones en las nuevas lenguas que aprendo. Así es como pongo a prueba una y otra vez los principios y prácticas que recomiendo a los alumnos y vivo tanto el placer como la frustración de aprender nuevos fenómenos lingüísticos. Definitivamente, en la comunidad de profesores de idiomas, la mayoría de la gente no es monolingüe (¡saludos a América!) y se ha convertido casi en un cliché decir que «sé muy bien lo difícil que puede ser aprender un idioma». Me parece lógico, entonces, no renunciar a ser un ejemplo coherente y auténtico para mis alumnos, en especial siendo profesor.

No sólo eres profesor, sino también emprendedor

Si no te tomas la enseñanza en línea como un trabajito casual y ves tu clases como algo más serio, hay un universo de áreas que son relevantes para ti además de la mera enseñanza. Desde las distintas herramientas digitales, pasando por la organización (de materiales, alumnos, tiempo fuera de clase), el marketing y los principios del emprendimiento autónomo, llegando hasta la salud mental y los prejuicios a los que nos enfrentamos dentro de la profesión.
Dinge, denen ich bei Online-Unterricht bis jetzt begegnet bin.<br />
Cosas con las que me enfrenté siendo tutor en línea
Cuándo quieres progresar, es habitual buscar modelos a seguir y personas más experimentadas de las que aprender. Una de las que más me inspiran es el empresario checo Robert Vlach, que en su libro “The Freelance Way” habla de la importancia de buscar el “know how” en tu propio campo:
„El “mentoring” consiste en la transferencia informal de experiencia, incluidos diversos trucos y costumbres que los profesionales experimentados conocen, pero de los que casi nadie habla ni escribe públicamente. Un mentor no es un asesor. Es un profesional que ha recorrido un camino más largo que tú y a quien tú miras de dicha manera. Al mismo tiempo, debe ser alguien que pueda ser no sólo un modelo profesional, sino también un ejemplo a seguir y un lugar de apoyo psicológico. El papel de un mentor es informal, pero importante. Ofrecen la oportunidad de hablar de cosas que no interesan a la gente que te rodea o está cerca de ti. Y como se trata de una conexión privada entre dos personas, el “mentoring” puede adoptar muchas formas. Tu mentor no tiene por qué ser una celebridad en su campo; basta con que sea un colega experimentado al que respetes por lo que ha conseguido.“ [3]
Por eso también me gusta ampliar mi red en el mundo de profesores en línea, y entre las cuentas que sigo figuran algunas de las personas más inspiradoras de nuestro campo. De algunos puedo aprender comunicación, otros a su vez ofrecen cursos valiosos o crean materiales que pueden animar y hacer más dinámicas mis clases. De este modo, tengo indirectamente varios profesores que no me enseñan el idioma, pero que también son importantes para mi futuro desarrollo profesional.

Las clases 1:1 no tienen por qué convertirte en un lobo solitario

El entorno en línea y las redes sociales ofrecen una enorme ventaja: en lugar de quedarte como un observador pasivo al costado, puedes ser un miembro activo de la comunidad emergente de tutores en línea. A primera vista, puede parecer que haya una rivalidad, lo cual no es del todo falso: después de todo, siempre habrá competencia, pero si somos respetuosos, también puede ser sana. Valoro mucho mi pertenencia a grupos de tutores, y no sólo porque me ayuden a mejorar la calidad de mis propias clases. Estoy seguro de que conoces la sensación cuando compartes problemas similares con alguien y pueden quejarse juntos pero también obtener una visión de tu situación, ya que es gente que comparte la profesión. Adjunto un gráfico con temas que no están directamente relacionados con las clases, pero que me resulta muy beneficioso debatir en eventos y foros de profesores:
No quiero terminar este artículo con algo cursi del estilo «juntos podemos más». Sólo quiero animarte a que no tengas miedo, a que salgas de tu caparazón y le des una oportunidad a las nuevas posibilidades que puede aportar el trabajo sobre ti mismo como tutor. Grupos de Facebook, perfiles que encontramos de la nada en TikTok, conferencias de profesores… las posibilidades son ilimitadas. Podrías estar a sólo un clic o un mensaje de tu mejor yo como profesor. ¡Un brindis por el aprendizaje!

Fuentes

[1] https://rm.coe.int/common-european-framework-of-reference-for-languages-learning-teaching/16809ea0d4 
[2] https://www.bbc.com/news/world-44569277 
[3] Vlach, Robert. The Freelance Way (p. 39). HarperBusiness. Kindle Edition.

Filip

Estudiante, nerd de los idiomas, expatriado

Ayudando a estudiantes y tutores a sacar lo máximo de sus clases 1:1.